Ser mamá no es como me lo esperaba

Me acuerdo perfectamente de los planes que hice durante el embarazo sobre mi día a día con mi bebé. 

Me imaginaba a mi bebé jugando en su hamaca mientras yo limpiaba y arreglaba la casa, o dormido en su cunita durante minimo una o dos horas para que yo pudiera ducharme tranquilamente. 

Mientras yo trabajara tras las 16 semanas de baja por maternidad, la idea era que mi marido se lo llevará a su trabajo donde también estaría mi madre, y hasta que ella termine su trabajo, el estaría en otra hamaca que compré especialmente para esa ocasión. 

Por las tardes siempre me iba con mi madre a alimentar a nuestras colonias de gatos callejeros que cuidamos desde nuestra asociación, así que no tenía intenciones de cambiar esa costumbre. Al niño me lo llevaría desde que tuviera solo 4 semanas, para que le de un poco el aire y yo pueda hacer mis cosas. 

Finalmente por las noches lo acostariamos sobre las 21h para poder ver alguna película mi marido y yo, hasta irnos a dormir los dos solos a nuestra cama. 

Porsupuesto sabía que los primeros meses me tocaría levantarme alguna vez para darle el pecho. 

No suena tan mal verdad?

Estaba contenta con mi plan a pesar de toda la inseguridad que había tenido a la hora de decidir si quería ser mamá o no. 

Pues todo eso no tiene nada que ver con lo que estamos viviendo desde Septiembre 2017. 

Los primeros 2 días en el hospital y los siguientes 2-3 días en casa, Robin parecía ser lo que llaman ,,un niño trampa“. 

Dormía en el coche, en el carrito, en cualquier lado. Las noches eran durillas, pero de día lo llevabamos bien. 

La alegría nos duró 5 días maximo, y derrepente todo cambio. 

El niño no paraba de llorar. Y si digo que no paraba, me refiero a que de verdad no paraba nunca. Encima por las noches a partir de las 21h era peor, mas fuerte, mas tiempo. 

Cuando nació (fue un martes) me acuerdo que le dije a mi marido, que porfavor se quedara conmigo los primeros 3 días, pero que el viernes ya podía volver al trabajo. Pues no volvió. No volvió en los siguientes 2 meses!!! 

Gracias a dios es autonomo y tiene su propio negocio, al que porsupuesto algún daño le ha hecho y a nuestro bolsillo más, pero no hubo manera. El sabía que si se iba, alguno de los dos, o el niño o yo, caería por el balcón. 

Para colmo, a mi me dio el Baby blues y sin saber realmente porque, lloraba todos los días durante 3 semanas.

Así que nos quedamos los dos para apoyarnos y soportarlo juntos. 

Lo primero que nos dijeron era que el bebé podría tener cólicos y que eso duraría unos 3 meses. Lo hemos probado TODO para aliviarlo, pero nada de lo que hay en el mercado lo curaba, solo encontramos algunas cosas que lo aliviaban temporalmente un poquito. 

Pero eso no es todo. No pudimos salir a la calle con el, no tuvimos vida ya. Lo hemos intentado milliones de veces y casi siempre hemos tenido que dar la vuelta a medio camino porque nuestro hijo no llora, el grita de una forma que nunca me imaginaba que una cosa tan pequeñita pudiera gritar. Y se mete tanto en ese papel que se pone rojo, morado, se atraganta...

Bueno, y del coche ni hablemos. Ni un minuto aguantaba en el coche. Imposible. De forma que uno solo no se atrevía a coger el coche con el. 

Y el carrito...el carrito quema, al igual que todas las hamacas y la cuna. En general todo quema o pincha porque soltarlo resultaba y hasta hoy muchas veces sigue resultando totalmente imposible. 

Mis gatos callejeros los veo con suerte una vez por semana, mi madre se tiene que encargar ella sola, aunque gracias a dios en algunas colonias la ayudan, sino sería imposible para ella. 

No me puedo llevar a mi hijo a ninguna parte, por lo cual, o no salgo, o cuando lo hago me voy con mal cuerpo esperando a que la lie en cualquier momento. 

Sabía que mi vida no sería la misma pero no sabía que la iba a perder por completo. Y me duele. Me duele mucho. 

Se me olvida por momentos cuando mi niño me sonrie o aprende algo nuevo, o cuando me fijo en lo bonito que es. Pero no voy a negar que me falta algo. Será por no tener familiares ni amigos cercanos que tuvieran bebés antes que nosotros, pero la verdad es que no tenía ni la menor idea de que esto podría ser así de duro y tan distinto a lo que yo me imaginaba. Que tonta o inocente he sido. 

Esto es la realidad. 

No siempre es así, pero cuando te toca un niño movido y de alta demanda como me ha tocado a mi, pues es casi incompatible con la vida que uno haya tenido antes.