Cuando cumplí los 30 años, mi marido había decidido regalarme algo diferente, algo muy especial e inolvidable. Un viaje a Tailandia.
Al descubrir que ese era mi regalo, me pasó de todo. Me emocioné muchísimo por supuesto, pero a la vez me comieron los nervios por pensar que tenía que viajar 2 semanas y tan tan lejos, tantas horas de avión.
Si en aquel momento hubiera sabido que este iba a ser nuestro último gran viaje solos, seguramente me hubiera olvidado de todos esos miedos y preocupaciones.
Varios meses antes ya habíamos empezado a hablar sobre el tema de ser padres y cuando empezar a buscarlo. De hecho yo había dejado de tomarme la píldora 8 meses antes de iniciar nuestro viaje, pero no por buscar un bebé, sino para ir limpiando el cuerpo después de haberla tomado durante 15 años seguidos.
Un día de esos antes de nuestro gran viaje, volvió a caer el tema del bebé, del cual yo seguía hablando con muchísima inseguridad. Seguía sin verme como madre y seguían sin gustarme los niños. No parecían ser las mejores condiciones mentales para intentar quedarme embarazada, cierto, pero como por otra parte tenía claro que algún día quería ser mamá y no me veía muy capacitada para serlo con mucha más edad cuando con 30 añitos ya tenía yo bastantes problemillas, pues en algún momento habría que empezar.
Al final decidimos, que sería bastante romántico intentarlo en Tailandia, solos y tranquilitos los dos.
Y así hicimos.
En fin, mi madre tardó 9 meses en quedarse embarazada, y conocemos varios casos en los que los pobres se han tirado años intentándolo, por eso yo intentaba tomármelo con mucha calma. Así almenos tendría bastante tiempo para mentalizarme y a ver si sobre la marcha se activaba ese dichoso reloj biológico del que todos hablan. Visitamos un templo con un buda al que se le podía pedir un deseo y pedí tener una bebe sano cuando me toque tenerlo.
Ha sido un viaje inolvidable por cierto, nos ha encantado y nos encantaría repetir.
Yo tuve mis dudas porque en muchas ocasiones lo desconocido me da un poco de miedo y soy algo especial en algunas cosas. De hecho, cuando llegamos a Bangkok y vi las calles de camino al Hotel, la primera paranoia que me entro por la cabeza, era que nada mas llegar y conectarme al wifi, iba a buscar un vuelo de vuelta. Lo veía todo muy dejado y sucio. No me gustaba nada de nada. Al final le di una oportunidad y me di cuenta, que lo realmente interesante de Bangkok es la noche. Cambia todo!
Visitamos también Chiang Mai, Krabi y Phi Phi. Por supuesto me he enamorado de las islas, como no? Tienen un encanto especial.
Pero lo que mas echo de menos de Tailandia son sin duda alguna los masajes. Diossss que daría yo por volver a esos sitios dónde te daban un masaje de cuerpo entero durante 1 hora por solo 8 euros!
En Tailandia se come muy picante y la verdad es que al volver a casa se agradece comer algo distinto. Además, yo estaba convencida que la comida tailandesa no me había sentado nada bien porque nada mas llegar a casa empezaron las náuseas. Que horror!
Hoy ya sé, que la comida tailandesa nunca me sentó mal...
El 31.12.2016, tras dos semanas de náuseas y malestar general, hice un test de embarazo que dio positivo. Al ver el resultado mi primera palabra fue ,,mierda” seguida de una sonrisa y unos ruiditos de alegría que no me podía explicar.
A las 0 horas, empecé el año 2017 felicitándole a mi marido por ser Papi, entregándole un patuco. Nunca se me olvidará esa mirada. El si que tenía muchas ganas de ser papá.
Me había quedado embarazada en las islas PhiPhi seguramente. Vamos... a la primera.
Dos meses mas tarde unos amigos nuestros viajaron a Tailandia y también volvieron embarazados.
Que peligro viajar a Tailandia!!!!!!!
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